jueves, 29 de agosto de 2013

Lluvia

Las gotas caen sobre el alfeizar de la ventana de mi habitación. Van mojando el cristal poco a poco y empañandolo mas tarde. El cielo comienza a hacerse cada vez mas oscuro. Las nubes van ocupándolo todo. Comienzan a escucharse a lo lejos algunos truenos.

Cada gota que cae, se torna en un pensamiento, en un recuerdo, cuando nuestra mirada topa con ella. Se comienzan a formar arriba en lo alto. Es curioso pensar, aunque lo hayamos dado en la escuela miles de veces, como el vapor se condensa hasta formar pequeñas gotas de agua y mas tarde cae por su propio peso, para luego mas tarde con el buen tiempo, volver a convertirse en vapor y ascender de nuevo. Nadie suele reparar en esto cuando llueve. Muchos se quejan porque no hace buen día. Otros la disfrutan leyendo, escribiendo, dibujando, o simplemente pensando, recordando. Pero nadie piensa que todo esto ocurre.

Igual que la lluvia, nosotros también, nacemos, vivimos e intentamos dejar un legado. Y de nuevo otra generación, nacemos, vivimos e intentamos dejar algo para que se nos recuerde. Unos dejan sabiduría, otros amor, otros simplemente algo material.

Pero volviendo a la tormenta, es sin lugar a dudas, un ambiente óptimo para pensar, para recordar. Muchos encuentran una fuente de inspiración en ella. Otros, como yo, comienzan a sacar álbumes de fotos a los que les ha crecido el polvo de poco recordar, a observar esos momentos en los que nos lo pasamos genial, y esos otros en los que cometimos errores, esos otros en los que los repetimos, también esos momentos en los que nos esforzamos para después disfrutarlo y reparamos el error.
Habrá gente que odie esto. Pero es esa misma que se ensimisma en cosas banales, en cosas que realmente poco importan, gente que odia pensar en el pasado, que odia pensar en general, incluso pensar en algo mas allá que mañana les daña, se les a secado el cerebro de tan poco usarlo.

Pasan las horas y, de nuevo, vuelvo la vista a la ventana. Parece que se aclara, comienzo a ver unos rayos de sol. Aun llueve un poco. Mira¡ El arco iris. Sera mejor que salga a disfrutar de esta magnifica vista. Y es que, después del mal tiempo, siempre sale el sol. Siempre se aclara todo, por muy larga que sea la tormenta. Así que yo ahora, después de pasar toda la tormenta pensando en las cosas buenas y malas, voy a darme un respiro para disfrutar del sol. Y tu, ¿Vienes?

jueves, 22 de agosto de 2013

La verdadera Atlantis

Os dejo esta magnifica reflexión de Mago de Oz de la canción Atlantia, la verdad las palabras de este grupo nunca pasan desapercibidas:

Durante miles de años, los seres humanos hemos podido disfrutar, del mejor regalo que los dioses dieran jamás a ningún ser vivo

La brisa, el viento, el hermano sol y la hermana luna campos y praderas donde ver crecer a nuestros hijos
amaneceres bañados con el perfume que estornudan las flores en primavera puestas de sol decoradas por los sueños aun por concebir. Y aunque parezca mentira… inteligencia

Pero el hombre blanco despreció aquel tesoro y a medida que la vida le sonreía, el le contestaba dando patadas al destino

Si alguien lee esta carta, no olvide que el fin de esta civilización se debió al egoísmo, codicia e incultura de la raza humana.

Los hombres ya no somos mamíferos el ser humano no se convirtió en depredador la raza humana somos simplemente un virus matamos, crecemos, y nos multiplicamos

Por eso nos extinguimos por eso las aguas se tragaron nuestra civilización la verdadera Atlántida, éramos nosotros

Y por eso hemos escrito esta nota
para formas de vida inteligente venideras.

Cuando los hombres escupen al suelo…se escupen a si mismos.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Miedo escénico

Miedo escénico. Miedo escénico a interpretar nuestro papel en esta vida. No tendría que ser difícil, al fin y al cabo es el que mejor nos sabemos y el que mejor nos sabremos nunca. Quizás es miedo a que no le guste a nuestro publico. A que se levanten de su butaca y salgan ruidosamente. Pero que mas da. Si no les gusta, que se vayan a otra función, hay muchas donde elegir. Y no. Nosotros nos empeñamos una y otra vez en cambiar el guión, cambiar las acotaciones en las que nos dice que apariencia debemos tener o que sentimientos debemos expresar. Y así una vez mas cambiamos el vestuario y nuestra forma de ser para agradar a los demás.
Normalmente nos mantenemos un tiempo sin cambiar, hasta que entra un grupo nuevo de espectadores e intentamos que la función les guste, nos adaptamos a nuestro publico, cuando debería ser al revés. Si no les gusta. Si los asientos no son lo suficiente cómodos, o la sala es demasiado pequeña. Que se vayan. Fueron bienvenidos cuando entraron y también lo serán para irse. Dejemos de sobreactuar. De cambiar el personaje dependiendo del espectador. El personaje solo debe cambiar por exigencias de guión y jamás por una mala critica o una asistencia baja. La gente que se queda no lo hace por las apariencias sino por el transfondo del personaje.

martes, 20 de agosto de 2013

Tu. Yo. El mar. Nosotros

Tu. Yo. La playa. Un atardecer perfecto. Los últimos rayos del sol bañan tus mejillas. Tus ojos. Esos ojos. Esos ojos que cuando se encuentran con los mios, son como un imán del que no puedo separarme. No puedo dejar de mirarte. No podemos dejar de mirarnos...

Mas tarde. La luna. Me he dado cuenta que tus ojos, a la luz de la luna, se vuelven mas bellos. Ya es tarde. El agua comienza a apoderarse de la arena. Esta cada vez mas mojada. Estamos cada vez mas mojados.

Bañemonos. Metamonos al agua y dejemos que, poco a poco, la luna y el mar nos inunde.

Tus ojos. Mis ojos. Tus manos. Mis manos. Hagamonos uno solo con el mar. Seamos mar. Tu y yo. Solos en el mundo. Tu y yo.

Mas tarde volvamos a la arena. Parece que nuestra ropa se ha mojado por las olas. Pero ya no nos importa. La brisa marina comienza a secarnos. El mar ya ha sido testigo de nuestro amor. Nos ha unido irremediablemente y solo el tiene ahora el poder de dejarnos unidos o separarnos, pero decide dejarnos. Nos deja porque sabe que ahora, si nosotros nos separamos, el lo sufrirá como si de uno de los dos se tratara. Ahora, somos el mar. Ahora somos uno. Tu, el mar y yo. Solos en el mundo. Tu. Yo. Nosotros.

lunes, 19 de agosto de 2013

¿Por que no jugamos?

¿Porque no jugamos? Porque no jugamos al cazador y a la presa. Tu seras el cazador y yo seré tu presa. Juguemos. Yo huiré. Huiré hasta que mis pies, o mi corazón, se cansen de hacerlo. Me dejare cazar. Caeré en tus redes. Seré la presa perfecta. Apacible y tranquila después de la carrera. Me dejare llevar hasta que de nuevo, comience otro juego. Juguemos ahora al escondite. Y si buscamos un sitio en el que nadie nos vea, nadie nos encuentre. Vayamos al bosque. Mira. Esa caseta de madera parece un buen lugar. Vayamos. Escondamonos. Parece abandonada. Comencemos aquí otro juego. Que tal la Caperucita y el lobo. Esta vez tu seras Caperucita y yo el lobo. Me disfrazaré del mejor de los príncipes. Te dejare suavemente en la cama. Te Llenaré de pétalos de rosa y te haré sentir como la mejor de las princesas. Mas tarde me quitare la mascara para mostrarte mi ferocidad. Tu dirás. Que ojos mas grandes tienes. Que orejas mas grandes tienes. Que dientes mas grandes tienes... Y yo te comeré. Pero poco a poco te darás cuenta que no siempre los lobos son feroces y despiadados. Dejaremos de jugar y nos mostraremos como somos. Jugaremos entonces a ese maravilloso juego que somos tu y yo. Sin cazadores ni lobos. Solos tu y yo. En tu cama. En la mía. Sin huir. Sin esconderse. Sin enmascararnos. Tu y yo. Caricias. Besos. Amor.

Me consumo. Te consumo

Me consumes. Me consumes como este cigarrillo. Cada vez que pienso en ti. Cada vez. En ti. Papel. Boquilla. Tabaco...Mechero. Y de nuevo me consumo ante ti. Noto como paso por tus pulmones. Calada a calada. Como este cigarrillo. Me fumas a caladas lentas. A caladas profundas. De vez en cuando tiras mis cenizas a ese cenicero que ya esta lleno de mi. Y de nuevo me apagas en el sin pensar a caso en que me dañas. No sin antes apurar esas ultimas caladas. Esas dolorosas caladas. Así me siento cada vez que pienso en ti. Me consumo fumandote. Física y mentalmente. Y así siempre. Papel. Boquilla. Tabaco... Mechero. Papel. Boquilla. Tabaco...Mechero. PAPEL. BOQUILLA. TABACO... MECHERO. Y no puedo dejarlo. Te consumo. Me consumo. Hasta que la palabra consumir pierde el sentido. Y es que la amistad no tiene nada que ver en que te consuma o me consumas. Pero quizás tu te quedaste a unos pasos de ella y yo unos pasos por delante. Por eso me consumo. Me consumo. Consumo. A ti. A mi.

Para llegar a ti... antes debo de consumirme a mi