lunes, 19 de agosto de 2013

¿Por que no jugamos?

¿Porque no jugamos? Porque no jugamos al cazador y a la presa. Tu seras el cazador y yo seré tu presa. Juguemos. Yo huiré. Huiré hasta que mis pies, o mi corazón, se cansen de hacerlo. Me dejare cazar. Caeré en tus redes. Seré la presa perfecta. Apacible y tranquila después de la carrera. Me dejare llevar hasta que de nuevo, comience otro juego. Juguemos ahora al escondite. Y si buscamos un sitio en el que nadie nos vea, nadie nos encuentre. Vayamos al bosque. Mira. Esa caseta de madera parece un buen lugar. Vayamos. Escondamonos. Parece abandonada. Comencemos aquí otro juego. Que tal la Caperucita y el lobo. Esta vez tu seras Caperucita y yo el lobo. Me disfrazaré del mejor de los príncipes. Te dejare suavemente en la cama. Te Llenaré de pétalos de rosa y te haré sentir como la mejor de las princesas. Mas tarde me quitare la mascara para mostrarte mi ferocidad. Tu dirás. Que ojos mas grandes tienes. Que orejas mas grandes tienes. Que dientes mas grandes tienes... Y yo te comeré. Pero poco a poco te darás cuenta que no siempre los lobos son feroces y despiadados. Dejaremos de jugar y nos mostraremos como somos. Jugaremos entonces a ese maravilloso juego que somos tu y yo. Sin cazadores ni lobos. Solos tu y yo. En tu cama. En la mía. Sin huir. Sin esconderse. Sin enmascararnos. Tu y yo. Caricias. Besos. Amor.