martes, 20 de agosto de 2013

Tu. Yo. El mar. Nosotros

Tu. Yo. La playa. Un atardecer perfecto. Los últimos rayos del sol bañan tus mejillas. Tus ojos. Esos ojos. Esos ojos que cuando se encuentran con los mios, son como un imán del que no puedo separarme. No puedo dejar de mirarte. No podemos dejar de mirarnos...

Mas tarde. La luna. Me he dado cuenta que tus ojos, a la luz de la luna, se vuelven mas bellos. Ya es tarde. El agua comienza a apoderarse de la arena. Esta cada vez mas mojada. Estamos cada vez mas mojados.

Bañemonos. Metamonos al agua y dejemos que, poco a poco, la luna y el mar nos inunde.

Tus ojos. Mis ojos. Tus manos. Mis manos. Hagamonos uno solo con el mar. Seamos mar. Tu y yo. Solos en el mundo. Tu y yo.

Mas tarde volvamos a la arena. Parece que nuestra ropa se ha mojado por las olas. Pero ya no nos importa. La brisa marina comienza a secarnos. El mar ya ha sido testigo de nuestro amor. Nos ha unido irremediablemente y solo el tiene ahora el poder de dejarnos unidos o separarnos, pero decide dejarnos. Nos deja porque sabe que ahora, si nosotros nos separamos, el lo sufrirá como si de uno de los dos se tratara. Ahora, somos el mar. Ahora somos uno. Tu, el mar y yo. Solos en el mundo. Tu. Yo. Nosotros.